Se trata de una villa medieval declarada Conjunto Histórico Artístico en 1943.
A menos de dos kilómetros, podemos encontrarnos con las cuevas de Altamira. Nosotros visitamos la neocueva en 2008 y es una visita que os recomendamos. Allí podréis aprender sobre el arte rupestre prehistórico y sobre la vida de los hombres que la habitaron en el Paleolítico Superior. Dispones de una colección de más de 400 objetos originales. (Coordenadas GPS: 43º22’44.97″N, 4º7’19.76″W)
El Museo de la Tortura os resultará interesante y la visita se hace en menos de una hora. Los precios rondan entre los 2,40 y los 3,60 euros. Los niños entran gratis.
La villa se desarrollo en torno a la Colegiata de Santa Juliana. Otros lugares de interés serían la Plaza de las Arenas, la plaza del Mercado, la Casa Consistorial y el área de los conventos de Regina Coeli y de San Ildefonso.
Destacan también varios edificios civiles como pueden ser la Torre de Don Borja, la Torre del Merino o Velarde, además de la Casa Palacio de Peredo-Barreda, la de los Villa o la de los Bustamante
Se pueden hacer dos rutas dentro de la villa, la Medieval y la Renacentista y Barroca. Además, podéis ahorraros la caminata y alquilar un coche de caballos ponis que os dará un paseo por algunas de las calles con más historia. Para alquilarlos, tendréis que acercaros al principio de la villa, casi al lado de los indicadores de la Cueva de Altamira.
A nosotros es un pueblo que nos encanta, aunque esta vez lo encontramos un poco masificado. Además, os puedo decir, por experiencia propia, que gusta tanto a mayores como a pequeños. Mi sobrino dijo que era precioso, con todas las calles empedradas, pero que perdía un poco de encanto por haber tanta gente y tantas tiendas. Ahí lo dejo… 😛
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