Después de habernos acostado sobre las 2 de la mañana el día anterior, no conseguimos salir del hotel antes de las 10 de la mañana. Aunque leí muchos relatos de gente que visitó Milán usando el tranvía, metro….nosotros lo hicimos a pie. Íbamos a estar sólo un día y creo que la mejor manera de aprovecharlo es así, callejeando. También es cierto que hay sitios a los que no fuimos (como el cementerio…) por cuadrarnos un poco lejos.
Otra cosilla que que me gustaría comentar es que cuando decidimos ir a Milán, una de las cosas que no queríamos perdernos era La última cena de Leonardo da Vinci y que se encuentra en la iglesia de Santa María delle Grazie. Empezamos a mirar la
web donde se reserva a princios de agosto. La mirábamos todos los días y a distintas horas y no había manera de encontrar un hueco para el día que íbamos a estar allí. Les escribí un email y esta fue, textualmente, la respuesta que recibí: «
Good morning, I’m sorry we don’t have further tickets besides the online ones.
So please constantly check the website and see here the availabilities:
Así que me decidí a llamar (teléfono: 00390292800360), lo intenté varias veces pero tampoco había forma y al final se nos quitaron las ganas. A partir de aquel momento seguíamos mirando de vez en cuando la web e iban apareciendo citas libres para los días cercanos, hasta que 15 días antes del viaje, quedó un hueco para el día deseado, pero creo que a las 8.15 de la mañana y lo vimos un poco justo, así que nos quedamos sin ir.
Dicho esto, empezamos con el recorrido que hicimos, unos 10 km, creo que un par más, por lo menos, de pasear por los dos parques que visitamos…..:
Ver mapa más grande
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| Interior del Duomo |
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| Los jardines públicos |
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| Stazione Centrale |
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| Arco de la Paz |
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| Jardines Públicos |
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| Piazza Cavour |
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| Tienda Ferrari |
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| Duomo |
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| Galerías Vittorio Emanuelle II |
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| Columnas de San Lorenzo |
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| Castello Sforzesco |
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| Torre Branca |
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| Plano de Milán |
Nuestro hotel, el Ibis Milano Centro, está cerca de los Giardini Publici, así que los cruzamos para ver el ambiente y cuando salimos de allí nos encontrabamos ya en la Piazza Cavour. Continuamos por la Vía del Senato, giramos por Sant Andrea (en donde hay algunas tiendas de lujo) y cuando estabamos llegando a la Piazza del Duomo, nos encontramos con la tienda Ferrari (en la Piazza del Liberty) y mi novio no se resistió a entrar. Son varias plantas de artículos de la marca pero a precios desorbitantes. Lo más barato que vimos fue un llavero de peluche a 10 euros. Continuamos nuestro camino y cuando nos dimos cuenta habíamos llegado a uno de los laterales del Duomo. La primera impresión fue alucinante, impresiona de verdad. Dedicamos un buen rato a verla de todos los ángulos posibles, pero la tarea no fue tan fácil como se podía suponer, ya que hay cantidad de gente vendiéndote cosas, sobre todo pulseras. Nos negamos una y otra vez, pero en una de estas, uno de los vendedores me pilló la mano y me puso arroz en la palma, sin darme cuenta tenía a un montón de palomas picoteándome la mano (por supuesto, en las fotos, salgo con una cara de susto impresionante). Nos íbamos a ir sin darle nada, pero al final le di un euro y eso que el muy aprovechado me pedía 2 como mínimo. Vale que la foto es bonita, pero yo no le pedí nada y la situación fue bastante incómoda. Algo que nos dió pena fue no haber podido subir a las terrazas, pero estaban cerradas por mantenimiento. Por cierto, que la entrada al Duomo es gratuita.
Desde allí pillamos la la calle Torino (con un montón de tiendas) hacia la iglesia de San Lorenzo, para ver las columnas romanas del mismo nombre. Deshicimos el camino y volvimos a la piazza del Duomo para ver las galerías de Vittorio Emanuele y pisamos el toro que representa a
Turín y sobre el que hay que girar para obtener la buena suerte. El pobre tiene un buen agujero en donde debían estar representadas sus partes, jeje.
Comimos cerca del Duomo, en un Burger King, jeje y luego de descansar un buen rato nos dirigimos hacia el Castello Sforzesco por la Vía Dante. Vimos el castillo por fuera y seguimos hacia el Parco Sempione en donde queríamos subir a la Torre Branca (es una torre de hierro de más de 108 metros de altura e inaugurada en el 1933 con el nombre de Torre Littoria, se supone que desde arriba se ven unas buenas vistas de la ciudad), pero estaba cerrada y continuamos hacia el Arco de la Paz que está allí mismo. Y desde allí volvimos, cansaditos, a nuestro hotel.
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